viernes, 3 de octubre de 2008

El orgullo del científico






¿Por qué da Harvard los premios llamados anti-nobel?


“Aquí no vale cualquier cosa. En las categorías de ciencias, los trabajos tienen que haber pasado el riguroso examen del "peer review" -o revisión de pares, en español-, es decir, que otros científicos expertos en el tema hayan comprobado que está bien hecho.” O así reza el artículo que hoy, día 3 de octubre del 2008, publica el periódico del grupo prisa al cual no me da la gana citar.


Podemos o no tomarnos en serio estas investigaciones. Podemos pensar que son más o menos útiles como descubrimientos para el mundo científico. Eso sí, por primera vez podemos estar tranquilos y seguros de que el dinero invertido para la investigación....no sale de nuestros bolsillos (es cosa de yanquis).


Ahora entiendo a aquel ministro que hablaba de que eran necesarios los recortes en cuanto a becas de investigación por la escasa realidad práctica (útil, es decir) que tenía el dar guita a los departamentos para que estudiasen el uso de los sustantivos en la obra de Miguel Mihura... (y digo entiendo, sólo entiendo, puesto que como estudiante de filosofía soy susceptible de acabar implorando a cualquier mequetrefe con mis mismos (des) intereses que me permita hacer alguna tesis de este tipo).


Pero para no enrollarme mucho más y ejemplificar lo anteriormente dicho, ahí va el porqué Harvard ha dado, este presente año, los llamados premios anti-nobel:


Paz: por aprobar en abril pasado el principio legal de que las plantas tienen dignidad.

Medicina: por demostrar que la medicina falsa pero cara funciona mejor que la medicina falsa y barata.


Ciencias cognitivas: por demostrar en "Nature" que el moho mucilaginoso puede resolver puzzles.


Nutrición: por demostrar que la comida sabe mejor si es crujiente.


Biología: por demostrar que las pulgas saltan más sobre los perros que sobre los gatos.


Química (compartido): Los estadounidenses Sheree Umpierre, Joseph Hill y Deborah Anderson, por descubrir que la Coca-Cola es un espermicida efectivo,, y Los taiwaneses C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang, por descubrir justo lo contrario y publicarlo en Human Toxicology.


Física: por probar que un montón de cuerdas, pelos o cualquier otra cosa acaba enredándose y formando nudos.


Arqueología: por descubrir hasta qué punto los armadillos pueden desordenar los restos en una excavación arqueológica.


Economía: por descubrir que las ganancias de una bailarina de striptease dependen de su ciclo menstrual.



Ahí os lo dejo.

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